En mi caso debe ser "con el ordenador a mano y nada más importante que hacer con él que darle forma a la inspiración".
Últimamente escribo pocos textos creativos. Cada vez soy más "community manager" (o qué carajo, en castellano: "gestor de redes sociales") y menos redactor web en mi día a día y eso requiere otras habilidades, otros ritmos, otro lenguaje.
Ojo, que no he dejado de escribir, que posiblemente sea la única cosa que hago medio bien en esta vida. Sigo publicando en Gigantes (estoy muy orgulloso del informe sobre la situación del baloncesto italiano que salió hace dos meses, y tengo otro entre manos: me estoy especializando en otros baloncesto, ya verás, ya...). He publicado unos cuantos en PoblaFM...
... pero otras ideas chulas vienen en el metro y dices "cuando llegue a casa me pongo". Tururú, te llama la lavadora. O el supermercado. O sentarte a tocarte la tripa tras un día de aquí para allá.
Pero, de repente, se enciende una chispa de algo que quieres contar. Y te pilla pudiendo hacerlo.
Voy a ello. Estaba colocando la compra con mi radiocassete puesto. En él, sonando una cinta de varios de esas que me hacía para los viajes. Y suena el "Soy Minero" de Los Nikis. Nada que ver con el de Antonio Molina.
"Soy minero, vivo en Langreo y soy del Sporting de Gijón"...
Y las gaitas de este coreable tema de Los Ramones de Algete me transportan a los años 90. A un lluvioso día de vacaciones bajando en el coche de mis padres de los lagos de Covadonga.
Paramos a comprar en una tienda de artesanía en una casa al borde de la carretera, si mal no recuerdo una alfombra de piel más digna de un castillo medieval que de una casa noventera. Así son mis padres. Gente clásica a la par que moderna.
Y tras la compra, la señora mayor que regentaba la tienda nos mira fijamente a mi hermano y a mi.
- "¿Y vosotros de qué partido sois?".
Claro, nos quedamos flipando.
- "Eh... eh...."
La elocuencia nunca fue nuestro fuerte.
- "De fútbol, digo"
"Partido" para referirse a "equipo de fútbol". Ole. Es que me acuerdo como si fuera ayer. Nunca he vuelto a oír ese modo de referirse a un club de fútbol. Pero qué interpretación sociológica se podría sacar de esto...
- "Eh... pues... mmm... ¿del Atleti?"
Imagino que dije Atleti, que durante una época larga era el equipo del que eran los chicos de mi clase y a mi abuelo, que fue caminero del Ministerio de Obras Públicas, le caía bien Caminero . O igual dije Real Madrid porque mi tío era del Real Madrid y Laudrup y Hierro molaban y yo era un veleta porque me daba igual. O yo qué sé qué dije.
El caso es que la señora medio se me enfada mientras saca unos calendarios de bolsillo del siguiente año noventaypico.
- "No, no, de qué partido. ¿Sporting u Oviedo?"
- "Pues no sé. Danos uno de cada uno".
Jamás en la vida he visto un ejemplo tan extremo de eso que me gusta tanto de "support your local team".
La señora no concebía que por allí pudiera pasar alguien que no fuera de uno de los dos equipos del pequeño Principado de Asturias.
Y si ahora me pasara lo mismo, ¿qué le diría a la señora? ¿Sporting u Oviedo?
Pues seguramente lo mismo: "Deme uno de cada uno".
En otras rivalidades me gusta tomar partido. Aunque me pillen lejos y obviamente no las exagere como la gente de allí. El deporte sin esas rivalidades pierde mucho aliciente.
El Oviedo y la reacción de su afición tras el intento de refundación por parte del ayuntamiento, la convivencia con el Oviedo Astur al que los oviedistas llamaban "el Engendro" , los años en tercera división, la humillación de perder en casa contra el filial del Sporting, los hinchas reconstruyendo la ciudad deportiva... ¡es precioso! ¡no se puede odiar a un club así!
El Sporting y su "mareona" invadiendo los campos de segunda durante años, el romanticismo de El Molinón como el último estadio clásico, el ascenso que llega de rebote con chavales de la tierra, Abelardo - ¡años 90 mandan!- en el banquillo rajando de la prensa, la sanción que impide fichar y que los chavales de la tierra saquen el equipo adelante en primera...
Ahora queda que vuelva a haber derbi asturiano dentro de poco. El fútbol más allá de Barça y Madrid, que me aburren mucho, necesita recuperar estos alicientes. Ya han sido demasiados años sin un Oviedo- Sporting.
Aunque también soy consciente de que es una rivalidad que demasiada gente se toma de forma enfermiza. No se puede pasear tranquilo por Oviedo con una zamarra rojiblanca. Fue el caso de un amigo que vivió allí varios años. Le regaló su hermano la camiseta del Olympiakos, que le hacía una ilusión tremenda. Se la devolvió porque estaba hasta las narices de aguantar que le gritaran cosas desde los coches. Y no precisamente de "qué bonita tu camiseta griega".
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