martes, 7 de mayo de 2024

Lo de Twitter: escribir sobre Marc Gasol desde el lado que lo sufrió

HILO ORIGINAL

La Gigantes del Basket de abril fue un especial sobre Marc Gasol en el mes en que Memphis Grizzlies retiró su número 33. Y tuve el masoquista placer de participar, recordando su imperial paso por la LEB Oro y regreso a la acb con Bàsquet Girona.




Para Marc fue el mejor epílogo posible a su carrera. Ya tardan en poner su estatua a la entrada de Fontajau (aunque sea pagándola él). Pero, en deporte de competición, para que unos ganen, otros deben perder. Fue tan lujo como putada sufrir a Gasol en ese año LEB Oro.

La lucha por el ascenso esa temporada estaba siendo cosa de dos, Covirán Granada y Movistar Estudiantes, hasta que irrumpió Marc, con su baloncesto y sus fichajes. El Girona venía desde abajo mordiendo, y era el rival que nadie quería en playoffs y F4.

El "duelo de campeones del Mundo en segunda división" entre Marc y Javi Beirán en el WiZink Center de Madrid fue "la tormenta perfecta" en lo relativo al que era entonces mi negociado: medios de comunicación. Historia cojonuda, y prensa con personal, porque no había liga de fútbol.

Posiblemente desde el "no descenso" de 2012 o algún derbi no había tanta prensa acreditada en un partido del Estu. Casi todo solicitudes de entrevistas con el jugador visitante, claro. Hubo que coordinar con prensa Girona y prensa personal de Marc para que eso no fuera un caos.

Porque, aunque ahora nos suene a la edad de piedra, seguíamos con restricciones de COVID. Esas entrevistas no podían hacerse en plan "canutazo" en zona mixta, así que coordinamos para que compareciera en rueda de prensa. Algo nada habitual en #LEBOro . Salió muy bien.


La temporada siguió su curso, y pasó lo que tenía que pasar: Final Four, en Girona. Creo que tuve el dudoso honor de ser, junto a Juan Pelegrín,
el único periodista acreditado de fuera de Catalunya. Responsabilidad y marrón. Pero lo hicimos lo mejor que supimos.

En el artículo lo cuento brevemente: la sensación de que el Estu empieza a perder la final cuando salió Marc a calentar, tras tantas horas de "¿jugará o no jugará?" no me la quita nadie. No sé si los verdaderos protagonistas de ese día, los del parqué, la compartirán.


Se luchó. Mucho. No es postureo, lo pienso realmente. Se pudo ganar. Pero. Y tras el bocinazo final había jugadores jodidos de verdad. Pero el trabajo no acababa para quienes tenemos que contarlo... eso sí, muchísimo menos que de haber ganado.

No se me olvida ir a buscar a Epi al vestuario para rueda de prensa. "Cuando quieras". "A ver, querer no quiero, pero habrá que ir". Todo educación y empatía, en toda circunstancia. Gran tío, Epi.

Como tampoco se me olvida estar en rueda de prensa preparando mis contenidos, desde el lado perdedor, y tener que cerrar el portátil para que no me salpicara el champán de los vencedores.

Todo ello perfectamente identificado como parte del staff Estu, con mi polo y mi acreditación. Es jodido estar en fiesta ajena, pero "show must go on". Las palmadas en la espalda en plan "ánimo" de periodistas, rivales e incluso el mismísimo Pau Gasol.

Lo peor fue que Juan y yo elegimos para cenar, tras el necesario "paseo de zombies" hasta el hotel un sitio a 200 metros de la fuente donde celebraba el ascenso el equipo de fútbol. Al menos la fama del embutido gironí está más que merecida.

La experiencia de escribir loando la gesta, que lo es, de Marc con el Girona habiéndola vivido desde el lado perdedor ha sido  muy guay, la verdad. Escribir y comunicar se trata de eso, al final.

Y FIN.